
La noticia me llegó por sorpresa. No te esperábamos.
Nuestra vida era un poco más tranquila, tenía tiempo para mí, para mis cosas.
Pero el saber que tú venías me ilusionó, me hizo a mis 43 años, sentir una juventud renovada.
Tuve que oír comentarios que no me gustaban, “que era una locura” “que podría haber tenido más cuidado”. Pero tú estabas ahí, dentro de mis entrañas.
Te ibas formando, no fue fácil, muchos controles, muchos cuidados. Mes a mes mi ilusión iba creciendo lo mismo que tú, dentro de mí.
Llegó el día, ya sabía tu sexo, en las ecografías veía o adivinaba la forma de tu carita.
Naciste, ya te tenía entre mis brazos. Un poco bajo de peso me dijeron, tuviste que quedarte en la incubadora.
Yo iba todos los días, me pasaba horas y horas en el hospital, para estar cerca de ti, para poderte ver y tocar.
Eras mi niño, cómo te quería.
Todo eso pasó. Has ido creciendo recibiendo el amor de todos los tuyos, tus padres y hermanos, tíos y abuelos.
Eres un niño despierto y feliz, has llenado de alegría ésta familia. Gracias por tu vida

¡Qué preciosidad! Cada uno de los resúmenes refleja sentimiento y mucho amor. Es belleza concentrada guardando la pureza de un alma noble y sencilla. Gracias por compartir.
Querida Plaquita, muchas gracias por tu comentario, hace años que hice este relato en el embarazo de una de mis hijas. Como habrás comprobado en mi ultimo libro de relatos, lo escrito y la forma, es mi manera de de hacer. Un abrazo y besos María Teresa