Este cuadro como algunos recientes, pretenden ser símbolos que nos lleven a una serena alegría incluso en los momentos difíciles de entender, pero por los que todos pasamos, como condición de vida.
 Hay situaciones en la vida del hombre, particularmente trascendentes, pero naturales, motivo de serena alegría, como son el nacer y el morir, hay un dicho “ Cuando nacemos todos ríen y nosotros lloramos, cuando morimos todos lloran y nosotros reímos”
 Naturalmente lo pinto recordando algunos comentarios de la doctora holandesa nacionalizada americana Elisabeth Kúbler-Ros.y sus experiencias con 20.000 casos de fallecidos vueltos a la vida en muy diversas situaciones
 Los signos que todos resaltan son la luz, que produce paz y alegría, vistas de un mundo nuevo, del que no se desea volver y estar invadido de una gran paz y felicidad, en el que se sigue creciendo y desarrollando
 Para este nuevo mundo la envoltura actual de nuestro cuerpo ya nuestra alma no la necesita por lo que la deja en tierra , sin embargo nosotros seguimos estando también  en la tierra, junto a las personas que queremos
 Entiendo que morir es gráficamente esa oruga, que pasa primero por capullo, para convertirse en mariposa, que ve la luz y se va a dirigir hacia ella, sabiendo que ahí va a encontrar a Dios su padre y a todos los seres queridos que partieron antes
 No quiero que este cuadro se interprete como el resultado de un momento de tristeza o de depresión por eso pinto colores vivos, tratando de ser un cuadro equilibrado en colores y líneas con la fuerza del que quiere seguir luchando, como esos troncos rectilíneos.

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