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Cuando la conoces Giada fuera del escenario, empiezas a ver un ser con carácter, pero con muchísimos sentimientos, con mucha ternura, que se adivina en sus comportamiento, pero sobre todo en su forma de hablar.
Si esos conocimientos los trasladas al escenario, empiezas a entender además, sus movimientos y posturas, alguna de las cuales te llegan a contagiar esa ternura que ella tiene,, tal fue la del cuadro actual con los movimientos de su cara, manos y cuerpo.
El ver sus manos en este momento de la actuación, me cautivo y me prometí a mi mismo que los plasmaría en en cuadro, que hoy he dejado por terminado y que lógicamente se lo he regalado a la bailarina.
Cuando nacemos todos tenemos diversos dones o cualidades, si tuviera que decir una de ella como profesional es la de ser una excelente transmisora de sentimientos con su cuerpo, como persona sus trasmisiones son de alegría y cariño de una forma sencilla de ser.
Gracias Giada por todo lo que nos regalas con tu existencia
Un cuadro precioso y con mucho trabajo, transmite tanto que parece que oyes la música y todo.
Gracias Amparo, a mi también me produce esas mismas sensaciones y sentimientos
Tanto la belleza de lo expresado como el de la pintura se unen en ternura y cariño.
Encantador
Ya en el comentario que hago sobre el cuadro digo la razón por la que lo pinté, a lo que dices te puedo añadir, que para mi lo mas difícil del ballet, es hacer que las cosas se muestren con esa naturalidad, delicadeza y ternura, con la que lo hace Giada Rossi, Me costa que esta chica dedica 7 horas todos los días al ensayo y gimnasio, y así lleva desde hace muchos años y es que nada importante, se consigue sin esfuerzo, ni tesón, por eso es la primera bailarina del Ballet Nacional.