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Como se ve en la piedra superior está dedicado a Tere, mi compañera en el viaje de mi vida
Este pozo lo construí en uno de esos momentos de tu vida en que quieres hacer algo por el otro, como una muestra de amor a su dedicación a ti. Lo bauticé con el nombre de querer, querer, porque en determinadas actuaciones personales el otro y tú os tenéis que querer, querer, a pesar de las cosas que no haces como el otro haría.
Este pozo está construido sobre otro pozo que a su vez recoge las aguas de lluvia y que por precaución a los pequeños de la casa está tapado, pero perfectamente posibilitado, con una tapa exterior e interior para sacar agua con el cubo, como se hacía hace 50 años en muchas casas de Valencia.
También he querido reflejar mis creencias con esa cruz tallada en piedra y que decora el centro del chapado de piedra que rodea el brocal. La intención es colocar todo ello en un entorno de jardín, con fresco y sombra natural, para leer o charlar en dos hamacas de cuerda.
Mi agradecimiento a Francisco Reig por su colaboración en los ladrillitos, y a Fernando y José Luis por su colaboración en el material