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La cara de Padre nadie la ha visto. y la que suponemos que si hemos visto es la del Hijo, por las pruebas que se realizaron a la Sabana Santa en Turin y que corresponde a una persona de raza judía que fue crucificada y que se supone su cambio después de la resurrección, por lo que los apostoles y mujeres en el huerto no le reconocían.
He pintado este cuadro tratando con la mayor fidelidad posible de representar a un Padre grandioso, todo bondad y amor al Espiritu de Dios representado por una paloma y después al Hijo, que recibe el Espiritu del Padre.
Toda la esencia del cuadro radica en sus miradas, aportando aunque sea incierto un detalle, para que nosotros los humanos que necesitamos cogernos a algo por nuestra poca fe, cuando pensemos en ellos veamos una imagen por encima de nuestras inseguridades.
Los ojos tratan de transmitir, amor y compasión en el caso del Padre Bueno, observación y traslado de mensaje en el caso del Espiritu Santo, representado por una paloma en el bautismo de Jesús por Juan el Bautista y ejemplo de amor y de identificación con el Padre en el periodo de su vida humana en el caso de Jesús
Notese que el cuadro está pintado siguiendo la trilogía de Dios que aparece en el Bautismo de Jesús en el Rio Jordan, solo que a Dios Padre si que me atrevo a ponerle ojos y cara